15/11/09
Lo que es mejor para mi solo lo decido yo
Hoy el cielo está nublado, como cada día en este pueblo, desde que llegue aquí aun no he visto el sol, sólo hace frio y humedad.
Me sentía extraña, parecía que los arboles y los animales del bosque intentaran advertirme algo, sentía como cada uno los arboles me observaban, como el viento me siseaba al odio algo, pero sabía que eso solo era algo producido por mi imaginación, así que hice caso omiso a todo eso y seguí con mi caminata por aquel sendero que me atraía con su majestuosidad. Todo era más bonito en aquel pueblecito que en la ciudad, todo era tan natural que parecía mentira que estuviera allí, en aquel momento tan especial. Sentía que algo me estaba llamando, y que todo lo que me rodeaba intentaba impedírmelo. Las flores intentaban tocarme para detenerme, todos los arboles gritaban en silencio mi nombre, pero todos sus esfuerzos se fueron desvaneciendo a medida que avanzaba en cambio aquella voz que sentía en mi memoria se iba haciendo cada vez más fuerte. Hasta que de repente la voz se silencio y pude darme cuenta a tiempo de que estaba al borde de un precipicio, en aquel momento me invadieron un sinfín de emociones diferentes; odio, amor, alegría, tristeza,….Una persona normal al darse cuenta de que estaba al borde de un precipicio se habría apartado, pero yo no soy muy normal que digamos y ese momento era tan especial, podía sentir el viento azotándome la cara, al mar me pedía que saltara, yo sabía que si saltaba desde esa altura moriría pero no importaba yo quería saltar y en ese momento me di cuenta de que alguien corría desesperadamente hacia mí, era él, mi príncipe azul venia a evitar que cometiera una locura, pero yo ya estaba cansada de que todo el mundo evitara que cometiera errores, así que decidí saltar llevándome su imagen en mi memoria, por primera vez era libre, libre de verdad, sentí como se me cortaba la piel al contacto con el agua, las olas se chocaban contra de mi, todas ellas querían apoderarse de mí, un ser tan insignificante como yo era deseado por primera vez, sentía que ya quedaba poco, que mi fin se acercaba, ya que era obvio que aun no estaba muerta por que todo el dolor que sentía en aquel momento era de verdad, de pronto sentí que algo mas fuerte tiraba de mi, era él, había saltado para salvarme, yo le importaba, le importaba de verdad, ahora sí que era feliz, todo lo demás no importaba, sentía como el agua entraba en mis pulmones y me impedía respirar, sentía cada vez los parpados más pesado y ya casi no podía mantener los ojos abiertos, lo único que quería era volver a ver su rostro una vez más, aquellos ojos electrizantes que tenia, hasta que lo conseguí, su mirada se clavo en la mía, parecía desesperado, intentaba decirme algo, pero yo no escuchaba nada, yo estaba demasiado cansada todo se fue haciendo borroso y de pronto era todo tan oscuro…
Sabía que estaba muerta, o así era como me sentía, muerta, pero de pronto sentí algo rozándome la cara, era, era la mano de él. ¿Pero... como que estaba conmigo, si yo estaba muerta?, no, no podía ser que el también estuviera muerto, muerto por mi culpa, por intentar salvarme la vida, no podía ser.
Sentí sus labios suavemente presionarse contra mi mejilla, y como no, sentía como las mejillas se me encendían, entonces no estaba muerta, al menos ya no deseaba estarlo, sentía sus cabellos de oro cosquillearme la garganta poco apoco.
Decidí que debía abrir los ojos y comprobarlo todo, poco a poco me esforcé por hacerlo, y vi su rosto perfecto que parecía tallado sobre mármol, sus ojos electrizantes se clavaron inmediatamente sobre los míos, veía como intentaba descifrar lo que estaba pensando , vi recorre algo desde sus ojos hasta la comisura de su sonrisa, y no pude evitar alzar mi mano para secarle aquella lagrima, pero de pronto mi mano se detuvo apenas unos milímetros de su cara y pude recordar todo, de pronto oí lo que él me había dicho minutos antes de que yo decidiera adentrarme en el bosque, el me había dicho que ya no me quería, que yo no significaba nada para él. ¿Pero porque había saltado para salvarme? ¿Por qué estaba a mi lado? ¿por qué me había besado en la mejilla unos segundos antes?, era todo tan confuso, no sabía qué hacer, ¿Qué podía hacer?, no quería que él me viera llorar, eso no lo podía permitir, así que decidí salir corriendo, pero algo me detuvo, era él, me obligo a mirarle, me cogió la cara con sus manos para evitar que desviara la mirada, no sabía que pretendía hacer, hasta que de pronto lo tuve todo tan claro cuando acerco mi cara más a la suya, me beso, me beso con tanta ternura, me beso como nunca lo había hecho nunca y no pude evitar devolverle el beso, automáticamente mis manos se colgaron en su cuello y mis dedos fueron subiendo poco a poco hasta entrelazarse con sus cabellos, pero de pronto lo volví a recordar todo con tanta claridad y le solté para intentar volver a salir de allí, el supo inmediatamente lo que iba hacer, y me estrecho fuertemente contra su cuerpo para abrazarme e impedir que me apartarme de él, sentí su respiración sobre mi cuello, sabía que iba a decirme algo, pero yo no quería saber nada mas, intente decir algo, pero las palabra no salieron de mi boca.
Y me susurro al oído:
-Lo siento.
Sabía que ya no me sujetaba con tanta fuerza, porque me pude liberar de sus brazos con facilidad.
Cuando estaba a punto de salir por la puerta me dijo algo que me hizo detener.
-Te quiero- no pude evitar voltearme y mirar a los ojos y en ese momento supe que lo decía de verdad y no pude evitar preguntarle:
-¿Por qué?- el sabia perfectamente a lo que me refería.
-Porque creí que era lo mejor para ti-dijo apenas en susurro
No pude evitar darle una bofetada. Pero lo que le transmití no fue odio sino amor, todo el amor que sentía por él, y el también lo sabía porque me cogió la cara y me la acerco de nuevo a la suya como había hecho antes y me volvió a besar, pero este beso era diferente al de antes, era mágico.
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